El lienzo que podemos ver en estos momentos es quizá uno de los más
conocidos de su autor, aparte de los dedicados a los monjes sevillanos.
Relata una de las pruebas a que fue sometida la santidad de San
Jerónimo: habiéndose retirado de las galas mundanas, entre las que se
contaba el cargo de cardenal, San Jerónimo se recluyó en una cueva del
desierto para meditar y hacer penitencia. Su resistencia se vio tentada
por la aparición de una corte de hermosas jóvenes que intentaron
inclinarle hacia los placeres de la carne y los sentidos. El modo que
Zurbarán tiene de representar la escena se aleja bastante del matiz
erótico que tradicionalmente se atribuye a este episodio. De este modo,
en vez de unas lujuriosas cortesanas nos presenta unas tímidas
damiselas, vestidas de igual manera que sus vírgenes mártires (ver por
ejemplo Santa Apolonia),
que parecen dar una serenata al anciano más que tratar de provocar sus
bajos instintos. El artista caracteriza al santo para evitar confusiones
con otro episodio de similar talante, como es el de las Tentaciones de
San Antonio: para diferenciar a San Jerónimo, lo presenta como un
anciano enjuto por el ayuno y la penitencia, con los purpúreos ropajes
cardenalicios enrollados a la cintura para dejar el pecho descubierto.
El santo se golpeaba con una piedra en el pecho desnudo para de esta
manera expiar sus pecados. La boca de la cueva presta un telón oscuro
tanto al personaje como al estupendo bodegón que hay en el centro:
configurado como una "Vanitas", muestra los temas perennes de la
meditación sobre el ser humano, con los libros como símbolo del
conocimiento y la calavera como símbolo de la muerte. La técnica
empleada es la de sus mejores años, el tenebrismo, ejecutando con gran
maestría un brillante juego de luces y sombras. De este modo consigue
destacar casi con violencia las partes iluminadas que más le interesan:
el macilento cuerpo del viejo, las hojas amarillas de los libros y las
hermosas pieles de las jóvenes así como sus vestidos y sus instrumentos
musicales, tradicionalmente asociados con el pecado de lujuria.
Enlace de información:http://www.artehistoria.jcyl.es/v2/obras/1992.htm
LAURA FERNÁNDEZ LÓPEZ.
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